“Una vez más queremos renovar la esperanza de que #ValeTodaVida, así como lo hemos hecho el 8 de julio reunidos a los pies de nuestra Madre de Luján, ante la posibilidad de que se sancione la ley que permita la despenalización del aborto en nuestra Patria.
En este momento tan decisivo, queremos asumir los desafíos de la vida vulnerada y renovamos nuestra opción de cuidarla, defenderla y servirla, buscando nuevos cauces pastorales que expresen el compromiso de la Iglesia. Para ello, convocamos a cada mujer y varón de fe a ayunar y orar con fervor e insistencia. Invitamos a las parroquias, santuarios, capillas y templos a abrir sus puertas para celebrar la Misa por la Vida, rezar el santo Rosario y compartir la adoración eucarística en comunidad.
Exhortamos vivamente a las familias que se reúnan a rezar la Oración por la Vida, de San Juan Pablo II. Los invitamos a encontrarnos unidos y en comunión espiritual animando a otros a renovar la fidelidad en el servicio y el cuidado de la vida por nacer.
Alentamos iniciativas como la asumida por los sacerdotes de nuestras villas y barrios populares con la creación del “Hogar del abrazo maternal”, para acompañar y acoger a mujeres que llevan adelante embarazos de riesgo o inesperados.
Los días previos a la definición parlamentaria y particularmente el día 8 de agosto, diversos grupos de laicos y organizaciones expresarán, en todas las Diócesis del país, su convicción y la petición por la defensa de la vida en la legislación nacional. Como lo hemos dicho en otras oportunidades, apoyamos y animamos a participar a quienes deseen manifestarse públicamente como ciudadanos responsables para testimoniar el respeto por la vida en el marco del derecho de expresión propio de la democracia.
Pastores y fieles nos pronunciamos una vez más –como nos dice el Papa Francisco– “de manera clara, firme y apasionada” acerca del valor de toda vida humana. No es solo un anuncio, sino un compromiso que asumimos por ser cristianos y formar parte de la sociedad argentina”.