Oficina de Prensa, Arzobispado de Paraná | Jueves 8 de febrero de 2018

Presentación del Hogar de Cristo

En el Salón de la Capilla de Lourdes (25 de Junio y Sarmiento) se realizará este viernes 9 a las 17.30 la presentación del Hogar de Cristo.

Se trata de una iniciativa pastoral que crece en todo el país y en el plano local se quiere caminar hacia un Centro Barrial, un hogar alojador donde el clima de familia, el amor cercano y el don de la fe ayuden a reconstruir el entramado de relaciones (en el propio ámbito, mixto y durante el día).

En estos últimos años el desafío de las adicciones ha golpeado las puertas de nuestras parroquias, instituciones y familias cada vez más seguido. En la Arquidiócesis existe un espacio; Casa Lázaro que brinda posibilidad de internación para acompañar en la recuperación y reinserción. 

Por eso, se invita para este viernes a compartir con los chicos y el equipo del Hogar de Cristo de Gualeguaychú para motivarnos en este servicio.

 

Convivencia de los Seminaristas de la Arquidiócesis

Desde el pasado lunes 5 y hasta el 13 de febrero, los seminaristas de la Arquidócesis que se están formando para el ministerio presbiteral en el Seminario “Nuestra Señora del Cenáculo” están realizando su convivencia en la casa de retiro San Alberto, localidad de Santa Rosa de Calamuchita – Córdoba-. Durante todo este tiempo están siendo acompañando por el Arzobispo, monseñor Juan Alberto Puiggari.

Durante estas jornadas, que es un espacio de encuentro personal y comunitario, los seminaristas compartirán momentos de oración, de formación, y recreación; para luego dar inicio al tiempo fuerte de vida en el seminario.

 

Cenáculo Movimiento Sacerdotal Mariano

En el marco de la visita a Argentina del responsable del Movimiento Sacerdotal Mariano, Mariano, P. Laurent Larroque el miércoles 21 se realizará en la Parroquia San Miguel Arcángel un cenáculo de oración y luego Santa Misa.

La actividad comenzará a partir de las 18.30 con la Exposición del Santísimo, Cenáculo y a las 19.30, misa. Tras esto habrá una charla fraternal con el Padre Larroque.

Este movimiento nació en Fátima en el año 1972 y fue fundado por el Padre Stefano Gobbi. 

 

Catequesis del Papa

Compartimos el texto completo de la catequesis de este miércoles 7. En la Audiencia General desde el Aula Pablo VI, Francisco reflexionó sobre la importancia de la homilía.

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Seguimos con las catequesis sobre la Santa Misa. Habíamos llegado a las lecturas.

El diálogo entre Dios y su pueblo, desarrollado en la Liturgia de la Palabra en la Misa, llega al culmen en la proclamación del Evangelio. Lo precede el canto del Aleluya - o, en Cuaresma, otra aclamación - con el cual "la asamblea de los fieles acoge y saluda al Señor quién le hablará en el Evangelio".

Como los misterios de Cristo iluminan toda la revelación bíblica, así, en la Liturgia de la Palabra, el Evangelio es la luz para entender el significado de los textos bíblicos que lo preceden, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Efectivamente "Cristo es el centro y plenitud de toda la Escritura, y también de toda celebración litúrgica". Jesucristo está siempre en el centro, siempre.

Por lo tanto, la misma liturgia distingue el Evangelio de las otras lecturas y lo rodea de un honor y una veneración particular. En efecto, sólo el ministro ordenado puede leerlo y cuando termina besa el libro; hay que ponerse en pie para escucharlo y hacemos la señal de la cruz sobre la frente, la boca y el pecho; las velas y el incienso honran a Cristo que, mediante la lectura evangélica, hace resonar su palabra eficaz.

A través de estos signos, la asamblea reconoce la presencia de Cristo que le anuncia la "buena noticia" que convierte y transforma. Es un diálogo directo, como atestiguan las aclamaciones con las que se responde a la proclamación, “Gloria a Ti, Señor”, o “Alabado seas, Cristo”. Nos levantamos para escuchar el Evangelio: es Cristo que nos habla, allí. Y por eso prestamos atención, porque es un coloquio directo. Es el Señor el que nos habla.

Así, en la Misa no leemos el Evangelio para saber cómo han ido las cosas, sino que escuchamos el Evangelio para tomar conciencia de que Jesús hizo y dijo una vez; y esa Palabra está viva, la Palabra de Jesús que está en el Evangelio está viva y llega a mi corazón. Por eso escuchar el Evangelio es tan importante, con el corazón abierto, porque es Palabra viva.

 

San Agustín escribe que "la boca de Cristo es el Evangelio". Él reina en el cielo, pero no deja de hablar en la tierra". Si es verdad que en la liturgia "Cristo sigue anunciando el Evangelio", se deduce que, al participar en la Misa, debemos darle una respuesta. Nosotros escuchamos el Evangelio y tenemos que responder con nuestra vida.

 Para que su mensaje llegue, Cristo también se sirve de la palabra del sacerdote que, después del Evangelio, pronuncia la homilía. Vivamente recomendada por el Concilio Vaticano II como parte de la misma liturgia, la homilía no es un discurso de circunstancias, -ni tampoco una catequesis como la que estoy haciendo ahora- ni una conferencia, ni tampoco  una lección: la homilía es otra cosa.  

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