Oficina de Prensa, Arzobispado de Paraná | Jueves 2 de noviembre de 2017

 

Vida Diocesana

Este fin de semana del 4 y 5 de noviembre se desarrollarán diversas actividades en la Arquidiócesis.

*En Bovril, tendrá lugar el XIX Campamento Arquidiocesano de la Infancia y Adolescencia Misionera en la Parroquia San Miguel.

*En Diamante, se realizará la Asamblea Arquidiocesana de la Acción Católica en la Parroquia San Cipriano y San Francisco Javier.

*En Santa Elena se hará la Adoración a Cielo Abierto. El sábado habrá misa, concierto y Adoración de 20 a 23hs en el anfiteatro de esa localidad.

 

Misa en conmemoración de los fieles difuntos

La Iglesia instituyó el 2 de noviembre para la oración por aquellas almas que han dejado la tierra y aún no llegan al cielo. Esta fiesta responde a una larga tradición de fe en la Iglesia: orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrena

Cada 2 de noviembre, día que se conmemora a los Fieles Difuntos, miles de personas en todo el mundo visitan las tumbas de sus seres queridos y la Iglesia eleva oraciones y ofrece sacrificios por su eterno descanso.

En Paraná, este jueves 2 a las 18.00 Monseñor Juan Alberto Puiggari ofrecerá la misa en la Capilla del Cementerio por esta intención.

 

Jornada sobre Prevención de abuso sexual infantil

Este martes 7 de noviembre se realizará una Jornada de Capacitación sobre Prevención de abuso sexual infantil. La actividad está organizada por la Junta Arquidiocesana de Educación y el Instituto Superior de Formación Docente Fons Vitae.

El encuentro se desarrollará en la sede de UCA Paraná (Buenos Aires 249) de 18.00 a 20.00. Los interesados, deberán inscribirse en  ambientesseguros.parana@gmail.com

 

 

Palabras del Papa

El papa Francisco al presidir este 1 de noviembre -Solemnidad de Todos los Santos-, el rezo del Ángelus, expresó que “los santos no son figuritas perfectas, sino personas atravesadas por Dios”. 

“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días y buena fiesta!

La Solemnidad de Todos los Santos es “nuestra” fiesta: no porque nosotros somos buenos, sino porque la santidad de Dios ha tocado nuestra vida. Los santos no son figuritas perfectas, sino personas atravesadas por Dios. Podemos compararlas con los vitrales de las iglesias, que hacen entrar la luz en diversas tonalidades de color. Los santos son nuestros hermanos y hermanas que han recibido la luz de Dios en su corazón y la han transmitida al mundo, cada uno según su propia “tonalidad”. Pero todos han sido transparentes, han luchado por quitar las manchas y las oscuridades del pecado, de tal modo de hacer pasar la luz afectuosa de Dios. Este es el objetivo de la vida: hacer pasar la luz de Dios; y también el objetivo de nuestra vida.

 De hecho, hoy en el Evangelio Jesús se dirige a los suyos, a todos nosotros, diciéndonos “Felices” (Mt 5,3). Es la palabra con la cual inicia su predicación, que es “evangelio”, buena noticia porque es el camino de la felicidad. Quien está con Jesús es bienaventurado, es feliz. La felicidad no está en el tener algo o en el convertirse en alguien, no, la felicidad verdadera es estar con el Señor y vivir por amor. ¿Ustedes creen esto? ¿Más o menos, no? La felicidad verdadera no está en el tener algo o en convertirse en alguien; la felicidad verdadera es estar con el Señor y vivir por amor. ¿Creen en esto? ¡Va un poco mejor! Debemos ir adelante, para creer en esto. Entonces, los ingredientes para una vida feliz se llaman bienaventuranzas: son bienaventurados los sencillos, los humildes que hacen lugar a Dios, que saben llorar por los demás y por los propios errores, permanecen humildes, lejos de la justicia, son misericordiosos con todos, custodian la pureza del corazón, trabajan siempre por la paz y permanecen en la alegría, no odian e, incluso cuando sufren, responden al mal con el bien. 

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